Nadie imaginaba el futuro que le aguardaba a este pequeño con discapacidad

Un día cualquiera, Derek descubre la música y al instante todo cambia. Fue camino a la escuela que junto a su madre escucharon las suaves notas de una melodía proveniente del piano de la escuela.

Derek no pudo resistirse; se siente mágicamente atraído al piano. Incluso su madre cuenta que es como si algo le hubiera pasado de pronto. Cuando se sentó al piano, Derek sufrió una transformación: su postura cambió radicalmente; su lenguaje corporal se volvió más confiado y sus manos se relajaron.

Cuando sus dedos tocaron las teclas todo cobró sentido. Las manos de Derek danzaron hasta encontrar las primeras notas de una suave melodía. Fue imposible separarlo del instrumento y, finalmente, su madre decidió que su hijo tomara lecciones de piano.
Su profesor Adam Ockleford empezó no solo a darle clases no una vez a la semana, sino a diario. Y Derek dominó el instrumento en cosa de meses; su registro fue perfecto y su comprensión de la música, único.

A la edad de 7, dio su primer concierto y solo 2 años después, pudo incluso tocar con la Orquesta Filarmónica Real. Es lo que podría llamarse un artista prodigio; una persona con un extraordinario talento que tiene dificultades en contextos sociales o con tareas diarias, pero puede emplear su energía en una única tarea. Para Derek esto es la música. Es capaz de tocar perfectamente una pieza al piano tras escucharla solo una vez.

Derek también puede tocar perfectamente otros estilos y ritmos. Si, por ejemplo, oye un viejo tema de jazz, puede tocarlo en el estilo pop sin problemas. Actualmente produce CD´s, da conciertos con frecuencia y cuando pisa el escenario, el público experimenta esta transformación.

Ahora Derek es considerado uno de los mejores pianistas del mundo. Sus padres están orgullosos de él como los que más, y Derek ha recibido incluso un premio especial de doctorado por sus logros musicales. Es la primera persona en el mundo con problemas de aprendizaje que recibe este honor. Al nacer, nadie pudo imaginar en que se convertiría en un maravilloso ejemplo de lo que el cerebro humano puede lograr. Desde el primer momento en que se sienta al piano, su pasión es obvia.