Todo público es importante, así sea solo una persona o animal… como lo que le pasó a este músico callejero de Malasia, quien estaba a punto de llamar día perdido a su labor, ya que no obtuvo suficiente público durante su presentación, sin embargo, cuando ya resignado, mejor empezó a cantar y tocar por diversión, el más lindo y pequeño público se hizo presente: Un grupo de cuatro gatitos de 3 meses de edad se sentaron frente a él hasta que terminó de tocar. Al ritmo de la música movían sus cabezas y parecían disfrutar el concierto.
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