13 mayo 2016 05:39
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¿Te imaginas ir a una casa de citas y en lugar de encontrar látigos, cadenas o esposas, encontraras plantas, flores y árboles? Pues esto sucede en este lugar, ya que a medida que avanzas en la profundidad de las habitaciones, puedes encontrar condones hechos a medida de los dedos de la mano y máscaras quirúrgicas forradas con hierba y pasto. Este lugar se conoce como “Burdel ecosexual”, la última tendencia que está dando un nuevo significado a los conceptos “amigable con el ambiente” y “horticultura”.
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Este lugar es ideal para los amantes de la naturaleza (y del sexo), ya que aquí mantienen “relaciones sexuales” con la madre tierra. ¿Y cómo es eso? Hablarle sucio a las plantas, besar y lamer la tierra, enterrarse en el suelo, nadar desnudo en aguas naturales, abrazar a los árboles y darle masajes a la tierra son algunas de las actividades que excitan a los Ecosexuales.
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Si alguien quisiera vivir la experiencia, tendría que ir a Melbourne, Australia. Cerca de la ciudad se encuentra el Jardín Botánico Real, lugar escogido por los australianos, Ian Sinclair y Loren Kronemyer, para crear la “Ecosexual Bathhouse”.
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El lugar es un inmueble de seis habitaciones, las cuales están adaptadas con aromas y temperaturas especiales que estimulan a través de la sensación de la naturaleza.
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“La experiencia depende del enfoque de cada participante”, afirman sus creadores.
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En este lugar, la gente se susurra palabras en un sauna y pueden descansar en una tormenta intoxicante o pagar por un baile privado con una sepia o un ave.
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“Nuestro objetivo es hacer que lo ordinaria o cotidiano se sienten extraordinario”.
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Los creadores afirman que el mayor órgano sexual es el cerebro, y creen que si las personas aplican esas facultades para la imaginación y la inmersión sensorial con el medio ambiente, pueden aprender a amar la tierra y respetar la diversidad y la complejidad que existe alrededor.
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La instalación implica algo más que plantas, incorpora viento, agua y la geología. La idea es que si alguien pueda desarrollar atracción sexual y amor por la biosfera, hará que se preocupe por ella en el futuro; un tipo de activismo.
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El término “ecosexual” fue inventado por Beth Stephens y Annie Sprinkle, dos mujeres que afirman estar intensamente enamoradas con la tierra. El 1 de mayo de 2014, esta pareja se casó públicamente con la tierra. Se sentían atraídas por su poder de dar vida y por su belleza.
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Ian y Loren, fueron inspirados por Beth Stephens y Annie Sprinkle.
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