Este Golden Retriever tenía un mejor amigo que era un gato pelirrojo, pero tuvo que ser sacrificado a la edad de 15 años a causa de un cáncer de tiroides. El perro, que se llama Forsberg y tiene 10 años, estaba desolado. Estaba buscando por todos lados a su compañero, pero no lo encontraba. Su dueña Jen Philion decidió traerle un nuevo gatito para que le ayudara a animarse.
“Forsberg echaba mucho de menos tener un gato,” escribió Philion en Reddit. Pero, “¡problema resuelto!” añadió cuando publicó la foto con el nuevo felino. Forsberg se encariñó enseguida con su nuevo amigo y no lo deja en paz. Ha pasado un año y ambos son inseparables.
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