Gerald Hamilton es un niño estadounidense con serios problemas en el cráneo que por primera vez podía celebrar su cumpleaños, no lo había podido hacer antes por cuestiones de salud, así que esta era la ocasión perfecta para reunirse con sus amigos en un evento de estas características; sin embargo, ninguno de los invitados asistió. Pero aquí no acaba todo, porque esta triste historia tuvo un final feliz.
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