Este experimento sí que dejó un resultado increíble. Durante dos años la artista Israelí, Sigalit Landau, sumergió un vestido negro del año 1920 al Mar Muerto para que la salinidad hiciera sus efectos en la prenda.
“Salt Bride” fue el nombre del proyecto. La artista y su equipo, cada día estuvieron monitoreando los cambios en el vestido, obteniendo a los dos años un vestido de cristal.
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