Allen y Brandon se llevaron un grato recuerdo de por vida, gracias a que Angelina Jolie, pasaba cerca del lugar donde intentaban vender a su oso de peluche de 2.5 metros en un improvisado mercado callejero en Los Ángeles, EE.UU.
Los niños ya se hallaban tristes y desesperados porque nadie se interesaba en la venta, pero repentinamente un auto frenó y de ahí salió su bella ocupante, que era nada más ni nada menos que Angelina Jolie junto a su hijo Shiloh, quien les salvó el día.
La actriz, conmovida, no lo pensó dos veces y compró al gigantón oso de peluche. El juguete costaba 500 dólares, pero la actriz decidió darles esa cantidad a cada hermano y éstos, emocionados, intentaron meter al osito en la maleta del pequeño auto deportivo de Jolie.
El padre quedó también muy contento por sus pequeños hijos, ya que le dolía verlos tristes por no poder vender al oso.
Fue así que Angelina salvó el día.
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